Las noches de verano, el bosque, la fogata… todo iba perfecto hasta que hordas de animales zombis aparecieron de los arbustos. ¿Quieren tus malvaviscos? No. ¡Quieren tus sesos!
En Animazombis, tu objetivo es deshacerte lo más rápido posible de las cartas en tu mano para no perder tus preciadas fichas de cerebro. Si las pierdes todas… te unes a los zombis y pierdes la partida.
El mazo incluye cartas numeradas del 0 al 19. Al comenzar, los jugadores forman su mano y su “cementerio” (un soporte para cartas descartadas). En tu turno, debes jugar una carta más alta que la anterior sobre la pila central (la fogata). Puedes jugar varias del mismo número, y las extras van directo al cementerio de tus oponentes.
Algunas cartas desencadenan efectos especiales: reiniciar la pila, obligar al siguiente a jugar en reversa, jugar otra vez, o incluso lanzar un dado especial que puede robar cerebros, intercambiar fogatas o causar caos en el campamento.
Si no puedes jugar, pierdes un cerebro, limpias la pila, tomas dos cartas nuevas, colocas una en el cementerio… y continúas. Si te quedas sin cartas, todos los demás pierden cerebros por las que aún tienen en mano o cementerio.
La partida termina si alguien pierde todos sus cerebros. De lo contrario, se juega otra ronda. Gana quien conserve más cerebros tras sobrevivir a la noche.
